Otsua-Enea (Hernani): Marzo 10, 2018

Continuamos la celebración del XXV aniversario de las Kupelas Asesinas volviendo a Otsua-Enea, que con esta quinta visita se convertirá en la tercera sidrería que más hemos visitado, por detrás de Garztiategi (6) y Oiarbide (13).

Asistentes: Mamen, Merce, David, Josito, Josetxu, Edu, y Nesss

Previo

Llegada de los maños atravesando la lluvia hasta llegar a Navarra (el mundo al revés) a las 14:00, tras aterrizar en el Hotel Europa a pesar de que Edu hizo de GPS. Dejamos el coche sin pagar en zona azul-roja y vamos al Ciaboga, donde desfilamos todos menos Nesss al baño, a pesar de las estrecheces (agradecemos desde aquí al amable parroquiano que nos enrocó); cae un platillo de papas adornado por Nesss con pimentón picante de efectos duraderos. Ya en Lo Viejo más tragos con pinchos, destacando los foies con doble capa del Sport donde Nesss se tomó una lecherita con salsa extra hot. Edu y Nesss van a txakolises, lo cual tendria luego sus consecuencias.

Volvemos al coche a por los bártulos de Edu, y nos vamos todos a echar la siesta, algunos tras pillar el G1 a Hernani (vamos al sobre a las 16:00). Josetxu llega a casa Nesss a las 19:15 tras un atasco viniendo a Hernani, y es entonces cuando Edu vuelve a la vida al oír su voz, tras no despertarse con los variados métodos aplicados por Nesss, música heavy incluida. Josito y Mamen llegan al Txili a las 19:00, a la hora acordada. Merce y David llaman a Edu desde el frontón. A las 19:30 nos juntamos todos en los Tilos, y cuando decimos todos, queremos decir todo Euskadi y parte del extranjero, no había dios que entrara en ningún bar con tanto borracho sagardobusero y las furgofarras circulando en medio del mogollón. Vamos a tomar algo al Guria donde el pestuzo nos hace tomar el trago fuera. Bajando al Txoko un borracho morrosko le echa mano al hombro a Josetxu, que siempre trunfa, mientras una chica intentaba mantenerle de pie (al morrosko, no a Josetxu). En el Txoko destaca el huchas de azul que nos hace contar el chiste de Wenceslao una vez más. Vista la gente que espera al microbús, decidimos ir a la sidre andando. Fuimos a buen ritmo, adelantando a un grupo de mayorcetes y a otro de heavys bajitos (al menos tenían el pelo largo). Una caravana de coches nos pregunta casualmente por la sidrería Otsuena. Subiendo el desvío a la sidre, observamos maravillados el cielo estrellado; Mamen aprovecha para enseñarle a Edu el Cinturón de Orión.

Sidrería

Dos estancias, primero el comedor con 5 kupelas de maderas numeradas del 1 al 5 (2 de ellas abiertas), de izquierda a derecha, y al fondo izquierda otra estancia con 5 kupelas, la más alejada de madera y el resto metálicas, la del medio abierta, y la de más a la derecha más gorda de lo habitual.

De comer, nos encontramos tras la primera ronda un platillo con 7 trozos de txistorra (curiosa la longitud de las barras de pan) y antes de echarles mano, ya nos llama el simpático cashero al primer txotx, por lo que las masticamos por el camino. Unas sidras después nos sacan dos tortillas de bacalao bien ricas, hermosas, y jugosas. Sólo unos txotxes después, vemos que nos esperan dos bandejas con 7 trozos de bakalao con pimientos rojos, cebolla, y pimientos verdes en originales aritos (Josune habría estado encantada). Les pedimos que no nos saquen la carne hasta que les avisemos. Tras prepararnos bien de sidra y avisarles, sacan dos txuletas de sabor y textura excelentes (pues no ha bajado el nivel nada) además de poco gordo y hueso; hay consenso en pedir una tercera que tampoco defrauda, por lo que (ya con menos adeptos) pedimos la cuarta, que mantienen el listón bien alto, pues sería dificil decir cúal estuvo mejor de las cuatro. Vamos, que nos pusimos las botas y teniendo en cuenta que las dos chicas ya bajaron el nivel a partir de la tercera. De postre dos bandejas con 7 triángulos de queso buenísimo y dos tacos de membrillo que se deshacía al cortarlo, además de un plato con una teja y cigarrilo de Tolosa para cada uno, y un cesto de nueces; Edu sirve varias tejas combinadas con membrillo y queso, además de cigarrillos rellenos de membrillo con triangulito de queso clavado. Todo, pero todo, todo, buenísmo por el módico precio de 242,50€ (casi 35€ por cabeza, buen precio para haber pedido 4 chuletones para 7 personas).

La sidra muy rica y suave en todas las kupelas. El cashero insiste en que no esperemos a que el abriera y que le pidieramos txotx en la que gustaramos, y nosotros siempre obedientes así lo hicimos durante varias horas y acabamos probando las 10 kupelas, múltiples veces. Nos comenta que el sábado no se llena (efectivamente así fue, estaba al 60%). Nesss recuerda a Merce y David que bebieran gutxi eta maiz. Un rato después dos grupos de jovenzanos ocupan sendas mesas y, para nuestra sorpresa, beben vino y agua, y no se levantan la mayoría de ellos ni a tiros; bendita juventud, que te vas para no volver... Por contra, la chica alta con sus dos amigas no tan altas, son habituales en todas las colas de txotx. Edu no puede resistirse y grita "Txotxo" para alertar de una kupela abierta, en homenaje a su querida ex-alumna Ana. A Nesss se le ve un tanto chisposo, será el influjo del Cinturón de Orión. Al final Edu hace un photobook de Josetxu en distintas poses, a cada cual más sugerente. Para no dejar las buenas costumbres, cuando salimos de la sidrería ya no quedaban más clientes. Volvemos andando, entre otras cosas, porque hace tiempo que ya se fue el microbus de vuelta.

Epílogo

Volviendo a Hernani downtown, tenemos que echarnos a un lado varias veces pues nos pasan numerosos coches que vuelven de algunas las seis sidrerías de esta carretera del barrio de Osinaga. Despuntan Nesss y Edu en la subida por las escaleras, viniendo el resto en procesión de Semana Santa. Tras pasar por la plaza de los gudaris, Edu penetra en el Ekos como cuchillo en mantequilla, Josetxu penetra siguiéndole, y casi acaban penetrados en la jungla de la marabunta en las profundidades del bar; además del aplastamiento de costillas, un jovenzano sito junto a Josetxu les invita a una ronda de kalimotxos, por lo cual Edu jura no volver con Josetxu ni a coger higos... la chica peque ataca con su bolsón cerrado la rodilla de Edu. Entretanto, Josito y Nesss habían entrado pero entre gafas empañadas y marabunta rugiente, ni los vieron ni los sintieron, así que van con el resto al Tripontzi donde toman un trago para hacer tiempo, después del cual Mamen y Josito se van al bus de regreso a Donostia. Los malogrados Josetxu y Edu salen como pueden del Ekos, con los zapatos de pocero, como comprobarían más tarde, uniéndose a Nesss, Merce y David, decidiendo estos últimos que se recogerían ya. Les acompañan a su coche que en teoría estaba al lado del ascensor de dos plantas pero en realidad estaba al menos a berrehun metro del mismo. Los tres supervivientes se toman la espuela en el Goiz-Argi pues no quedan muchas ganas de empujones ni gritos ni nada que ver con la maraña de borrachos del Kaxko. Regresan a Nesss's donde recenan en plan vegano: quesada Macho de Josetxu, que mejoraba caliente, y el queso loco de Aralar y vino rancio de Nesss. A las 4:00 todo el mundo se va a la cama; Josetxu tiene que madrugar pues celebra un cumpleaños en Getxo al día siguiente.

Edu y Nesss se levantan al día siguiente sobre las 12 para tomar un pintxo de riñon muy rico en el Pacheco, media de calamares en el Guria (que ya olía mejor), tortilla de patata al Diario Vasco en el Txoko, y un pintxo final en el Aralar antes de volver a echar la siesta, ya que al día siguiente tenemos otra sidrería... pero eso ya será contado en otra ocasión.